La Eficiencia de los Programas


Tradicionalmente la medición de la eficiencia de los programas se ha realizado, en dicha medición se presentan un par de problemas, el primero relacionado con el hecho de que si solamente se mide la eficiencia, sin considerar primero la eficacia, se corre el gran riesgo de buscar mejoras en detrimento del objetivo del programa, por ello es importante enfatizar una vez más que los indicadores de eficiencia sean definidos una vez que se han definido los de eficacia. El segundo problema es que las mediciones que involucran un costo deben tener una interpretación directa ya que es importante que exista un conocimiento de los recursos que el programa invirtió para saber si los beneficios justifican dichos recursos. Para abordar este segundo problema es aconsejable medir la eficiencia de los programas en términos de dos tasas que faciliten el análisis: la tasa “beneficio costo” y la tasa “costo por impacto”. El conocimiento de dichas tasas será útil para la planeación, implantación y toma de decisiones respecto a los programas, así como para mantener el soporte necesario por parte de los auspiciadores quienes seguramente se enfrentarán a dilemas relacionados con el mejor lugar para colocar los recursos seguramente limitados. Precisamente en eso reside una de las principales ventajas de la medición de la eficiencia pues con ella se requiere también de un enfoque en los costos, mientras que en la medición de la eficacia se ven exclusivamente los beneficios, por lo que se puede concluir que el balance entre ambas mediciones puede ser el mejor camino para tener una idea respecto a los resultados del programa. Es posible revisar algunos ejemplos que pueden ilustrar los riesgos que se corren si se mide exclusivamente la eficiencia ignorando la eficacia: en la medición de un programa relacionado con criminalidad se midió el número de capturas lo cual llevó al incremento de capturas basadas en evidencia insuficiente[i], en un programa donde se medía el conocimiento a través de una prueba llevó a los maestros a “enseñar la prueba a sus alumnos”[ii] y como último ejemplo se tiene el de un programa de atención a enfermos mentales que al medir el porcentaje de enfermos referidos logró que los trabajadores se preocuparan exclusivamente por la referencia dejando otras cosas sin terminar lo cual implicaba que la referencia quizás no era necesaria[iii]. Usando indicadores de eficacia impedirá en cierta medida que los resultados de los programas sean distorsionados por una medición hecha exclusivamente sobre la eficiencia.



[i] Barbour, G, y S. M. Wolfson, Productrivity Measurement in Pólice Criem Control. Public Management, 55, Pàginas 16 -19. 1973

[ii] Elliot, E. Accountability in the Post-Charlottesville Era. Evaluation Comment. (UCLA Center for the Study of Evaluation), Dec. 1989. Pàginas 1 – 4.

[iii] Turner, A.J. Program Goal Setting in an Evaluation System. Paper presented at the Conference of the Impact of Program Evaluation in Mental Health Care, January, Loyola University. 1977

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