La Eficacia de los Programas
En los debates que se llevan a cabo en las
diferentes cámaras, habitualmente se discute sobre la creación de los programas
y los fondos que se requerirán para su operación; sin embargo generalmente no
se especifica un objetivo medible para las actividades. Se debate sobre el
dinero que se gastará, pero no se debate sobre los resultados medibles que se
esperan, siendo este un elemento adicional para los problemas de desempeño de
los programas. Debido a lo anterior, es necesario que al discutir sobre los
programas públicos se hable de medición y en el mejor de los casos, de la medición
de la eficacia, ya que en el sector público, dado aún que se requiera un punto
de equilibrio o un retorno sobre la inversión medidos desde la perspectiva de
la eficiencia, se tiene que poner un mayor énfasis en la eficacia sobre la
eficiencia, ya que frecuentemente se sirven objetivos sociales o económicos de
las naciones, cuyos resultados tienen precedencia sobre las ganancias o costos.
Por lo tanto es necesario en este momento hacer una distinción entre estos dos
conceptos: eficacia y eficiencia, pues algunos autores no los distinguen de una
manera clara, por ejemplo Pichardo[i] dice: “(eficacia es) la capacidad
de una persona, un grupo o una institución, para alcanzar las metas y los resultados
realmente esperados de un programa o una actividad. Eficiencia: es la capacidad
para obtener el mayor y mejor resultado con el menor uso de insumos (recursos)
posible y al más bajo costo”. Cabe preguntarse, ¿cuál es la diferencia entre
“resultado realmente esperado” y “mayor y mejor resultado”? La respuesta no es
clara. Otro ejemplo de esta confusión es el de Lewin y Minton[ii] donde se usan los conceptos de
eficacia y eficiencia indistintamente como sinónimos. Consultando fuentes mas
generales se llega a que en su más amplia acepción eficacia significa[iii] “(la) capacidad para obrar o para
conseguir un resultado determinado”, y eficiencia es “(la) capacidad para
lograr un fin empleando los mejores medios posibles” aunque en la misma
definición se afirma que “no siempre eficacia es sinónimo de eficiencia”. Dada
la evidente falta de claridad, es necesario estar al tanto de la distinción más
pragmática entre eficacia y eficiencia establecida por Druker: “La eficiencia
es preocuparse por hacer las cosas correctamente. Eficacia es hacer las cosas
correctas” [iv]. Lo anterior implica que un
programa puede ser eficiente haciendo las cosas correctamente, pero no eficaz,
haciendo las cosas incorrectas, esto es, el programa hace correctamente lo
incorrecto. A partir de esta definición es claro que un marco de referencia adecuado
será primero lograr la eficacia (hacer las cosas correctas) y en función de
esto buscar la eficiencia (hacer las cosas correctamente), de ahí que primero
se definan los indicadores de eficacia y posteriormente los de eficiencia.
[i] Modernización
administrativa. Ignacio Pichardo Pagaza. 2004 Pag .42. (Buscar referencia completa).
[ii] Lewin, A y John W.
Minton. Determinig
Organizational Efectiveness: Another Look and an Agenda for Research. Management Science. Vol 32. No. 5. May 1986.
[iii] Referencia del
diccionario de la Real Academia.
[iv] Druker, P. An Introductory View of Management.
Harper´s College Press. 1977. Página 40.
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